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Biblioteca del Camino
martes, 25 de enero de 2011
EL CAMINO DE LEVANTE-SURESTE EN EL GR-239
Las asociaciones presentes acordaron impulsar el trazado del GR-239 a su paso por las provincias de Ávila, Valladolid y Zamora
Con el fin de unificar criterios para el impulso y señalización del sendero gran recorrido GR-239 de Valencia a Santiago de Compostela con cerca de 1200 kms, por su trazado en la Comunidad Autónoma de Castilla y León del Camino de Levante-Sureste , ha tenido un encuentro el pasado día 17, en el albergue de peregrinos “Las Tenerías” de Ávila entre la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de la Comunidad Valenciana, promotora del proyecto, y la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Ávila y la Asociación del Camino del Sureste en Valladolid.
EL ALBERGUE DE PEREGRINOS LAS TENERIAS DE AVILA, CUMPLE DOS AÑOS.
El albergue de peregrinos de las Tenerías ha cumplido dos años desde su inauguración oficial por el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto el veintisiete de enero del dos mil nueve. Con un convenio de colaboración y cesión entre el Ayuntamiento de la capital y la Asociación de Amigos de Ávila, ésta última, cuenta con diez años para la gestión y mantenimiento de la antigua casa del «Tío Pirulo».
Un albergue no es un espacio cualquiera. Es un lugar de recepción y acogida de peregrinos. Pero, no solo es eso. Su importancia como lugar de descanso va mucho más allá. Los peregrinos que den vida a esta casa de todos, se contaran entre sí secretos e intimidades jamás antes contadas. Historias de amores, búsquedas y encuentros, ilusiones perdidas… en el aire flotan alegrías y penas, risas y llantos que impregnan todos sus rincones.
domingo, 23 de enero de 2011
A SANTIAGO POR AVILA.

BUEN CAMINO PEREGRINO...
Desde Benavente el peregrino tiene intención de continuar su camino por tierras leonesas, por Alija del Infantado y La Bañeza hasta llegar a Astorga, punto donde este Camino del Levante-Sureste se une al Camino Francés hasta Santiago de Compostela
En su paseo por Benevente el peregrino comprueba como las distintas calles y barrios de la ciudad aún conservan el nombre de los gremios que vertebraron su vida artesanal a partir del reinado de Fernando II de León, barrios como el de la Estameñas -tejedoras de lana-, calle de los Carros, Herreros, Aguadores, Plaza de la Madera, así como la existencia de un barrio judío, como la mayoría de la época, extramuros en las proximidades de la calle de la Sinoga.
El peregrino hace un alto en su Plaza Mayor para ver el Ayuntamiento, el edificio más grande de la plaza, con una galería de trece arcos en su planta baja, construido en estilo neoclásico en el XIX con piedra de sillería procedente del desamortizado convento de San Francisco.
A SANTIAGO POR AVILA (BENAVENTE)

LA LLEGADA A BENAVENTE
Cerezinos del Campo y San Esteban del Molar, en la Tierra del Pan, son las dos paradas obligadas antes de alcanzar Benavente, un importante enclave del Camino, con evocaciones del siglo XII y del reinado de Fernando II, que murió en esta localidad
El peregrino no quiere abandonar Villalpando sin darse antes una vuelta por el pueblo para ver, aunque solo sea exteriormente, algunos de los monumentos que esconden sus calles y que evidencian la gran riqueza histórica del pueblo, como la iglesia de Santa María la Antigua, fundada en 1170 y donada por el clérigo Juan Románez en partes iguales a la Orden Militar de San Juan de Jerusalén y a la Colegiata de San Isidoro de León, que la pusieron bajo la advocación de la Inmaculada y de la Asunción, respecti-vamente.
La iglesia que el peregrino ve es un buen ejemplo de la primera arquitectura mudéjar de Castilla y de León, trazada siguiendo el modelo románico de edificio basilical de tres naves que corresponden a la triple cabecera compuesta por dos arquerías de desigual proporción, muy esbeltas las superiores, rematadas por un friso de esquinillas y amplia cornisa, conservando sendas portadas correspondientes a la fábrica original de muros de mampostería de cantos rodados con hileras de ladrillos, con una potente e irregular torre de campanario construida junto al lienzo de la muralla.
A SANTIAGO POR AVILA (VILLALPANDO)

EN TIERRA DE CAMPOS
En esta comarca zamorana tuvieron lugar los primeros asentamientos de la población visigótica a finales del siglo V cuando fue expulsada de la Galia por el expansionismo de los francos. Pero antes, fue predio de los celtas vacceos
Iglesia mudéjar de Santa María en Villalpando.
El peregrino abandona las tierras vallisoletanas camino de Villalpando, primer pueblo que se encontrará en la provincia de Zamora, lo hace entrando por la comarca de la Tierra de Campos zamorana, comarca natural que se extiende además por las provincias de Valladolid y Palencia, teniendo su origen en los llamados Campos Góticos debido a los primeros asentamientos de la población visigótica a finales del siglo V cuando fue expulsada de la Galia por el expansionismo de los francos.
El peregrino que ha caminado por tierra de vetones desde que entró en la provincia de Ávila, continúa por la de los vacceos, otro de los grupos celtas que se asentaron en la meseta durante la Edad del Hierro. Y es en esta zona ocupada por los vacceos donde está ubicada Villalpando, de la que siempre ha oído el peregrino varias tesis sobre si se trata del asentamiento vacceo-romano de Intercatia de la que hablan los escritores y geógrafos clásicos como Plinio, Ptolomeo o Estrabón, que llegaron a proporcionar las coordenadas de su emplazamiento, como una de las ciudades más importantes, junto a Cauca, Lacobrica y Pallentia, de la Ibérica Tarraconense, tesis que mantuvo Simón y Montaner que, en su «Diccionario Enciclopédico Hispano Americano de Literatura, Ciencias y Artes» publicado entre 1887 y 1899, no dudó en identificar Villalpando con Intercacia, como popularmente se la conoce, posiblemente basándose en los datos aportados por Antonio del Villar en la «Historia General de España», Cesáreo Fernández en «Historia de Zamora y su provincia» o Luis Calvo Lozano en «Historia de Villalpando» tesis que descarta la historiografía actual debido a la falta de restos arqueológicos identificables con un yacimiento de esta categoría.
A SANTIAGO POR AVILA (VILLARDEFRADES-SAN PEDRO DE LATARCE)

ADIÓS A VALLADOLID
Las evocaciones de un antiguo hospital de peregrinos cerca de Mota del Marqués y la singladura a través del mítico paisaje de Tierra de Campos y Tierra del Pan jalonan esta etapa por paisajes vallisoletanos próximos ya a los límites con Zamora y León.
De Mota del Marqués no se quiere ir el peregrino sin rastrear los vestigios jacobeos que pudiera haber en esta localidad vallisoletana, y lo va hacer siguiendo la información que se le ha suministrado por medio de Acasse, la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Valladolid.

A SANTIAGO POR AVILA (MOTA DEL MARQUÉS)

COMARCA DE ATALAYAS
En Tordesillas, el peregrino evoca la importancia del tratado entre España y portugal que en 1494 distribuyó entre ambos países. El camino hasta Mota del Marqués está lleno de sorpresas y sugerentes historias, unas recientes y otras antiguas.
En su paseo por Tordesillas el peregrino hace una parada en su Plaza Mayor, plaza que, como casi todas las castellanas, es de forma cuadrada y porticada, con columnas toscanas que soportan edificios de dos pisos con grandes balcones y ventanas, corres-pondiendo uno de ellos al Ayuntamiento, comenzándose a construir en tiempos de los Reyes Católicos, aunque la plaza que el peregrino ve ha sufrido muchas transformaciones a lo largo de los siglos, sobre todo una importante restauración a finales del siglo pasado. Darse una vuelta por el conjunto histórico de la ciudad es de obligado cumplimiento para el peregrino, conjunto histórico que, como muchos que ha visto a lo largo de su peregrinar, con sus palacios y casonas, son vestigios de esplendorosos pasados y gran actividad cortesana.
Dos grandes iglesias contempla el peregrino en Tordesillas, la de Santa María, declarada Bien de Interés Cultural, de estilo gótico en su origen pero finalizada siguiendo los cánones clasicistas escurialenses, y la de San Pedro, edificada en piedra de sillería a finales del siglo XVI, iglesias a las que por razones de tiempo realiza una fugaz visita, destacando de ellas los cuatro arcos fajones que conforman la única nave de la de Santa María o las bóvedas de crucería estrellada de la nave mayor de la de San Pedro.
A SANTIAGO POR AVILA (TORDESILLAS)

ENTRE ALAMEDAS Y PINARES
El peregrino se informa de que el origen de la villa de Rueda, una de las paradas obligadas en esta etapa, es romano y que ya es citada en el siglo VIII como escenario de batallas entre Almanzor y los reyes cristianos de Castilla, León y Navarra.
El peregrino, tras callejear por Medina del campo, de pasear por su espléndida y porticada Plaza Mayor o Plaza de la Hispanidad, escenario de las más importantes ferias durante los siglos XV y XVI, de ver su Real Palacio Testamentario, donde murió la Reina Isabel, o la Colegiata de San Antolín, donde se custodia el Pendón de los Reyes Católicos, trata de informarse sobre la existencia de vestigios jacobeos en esta parte del Camino, ya que, a partir de la capital abulense, prácticamente han desaparecido.
Y es en albergue municipal donde el peregrino conoce a miembros de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Valladolid, Acasse, que amablemente se ofrecen a suministrarle toda la información que ellos posean, información basada en los trabajos que Gloria Hernández, profesora de Lengua Castellana y Literatura, ha expuesto en diversos congresos y simposios sobre los Caminos de Santiago.
Así, el peregrino se informa de que en Medina del Campo se tiene noticia ya desde el siglo XII de una antigua iglesia de Santiago, hoy desaparecida y que estaría próxima a la calle de Santa Teresa, o la iglesia noviciado que con el nombre Santiago el Real mandaron construir los jesuitas a mediados del siglo XVI, iglesia que conserva dos ejemplos iconográficos de Santiago Matamoros, iconografía jacobea que, como ya ha apuntado en alguna ocasión, no es de las preferidas del peregrino.
Asimismo la existencia de hospitales erigidos para «albergar a pobres, peregrinos y enfermos» son indicios que pudieran relacionar a estos establecimientos benéficos con el Camino de Santiago, constatándose la existencia en Medina de trece hospitales en el siglo XVI.
A SANTIAGO POR AVILA (MEDINA DEL CAMPO)

LA FIGURA DE ISABEL I
Es en la localidad de Medina del Campo donde el peregrino cae en la cuenta de que ha caminado por el mismo camino que siguió en el lluvioso noviembre de 1504 el cortejo fúnebre de Isabel de Castilla.
El peregrino que ha dejado atrás Honquila, pueblo abandonado y derruido, y San Vicente del Palacio, ya en la provincia de Valladolid, vislumbra en la lejanía el Castillo de la Mota, construido en el siglo XV, durante el reinado de Juan II, sobre otra edificación anterior posiblemente a raíz de la repoblación de Medina del Campo en el siglo XI, reconstruyéndose su torre del homenaje y formándose su barbacana exterior cuando fue conquistado por los Reyes Católicos.
Que el Castillo de la Mota se muestre ante el peregrino durante varios kilómetros le hace meditar sobre la figura de Isabel de Castilla que ha estado presente en prácticamen-te todo el camino que ha realizado por la provincia abulense, desde su entrada por los Toros de Guisando hasta su llegada a Arévalo, finalizando en Medina del Campo donde la reina murió en 1504.
El peregrino es consciente de que ha caminado por lugares que han sido testigos mudos de acontecimientos claves para el devenir de unos tiempos tan convulsos como lo fueron en el siglo XV, antes y durante el reinado de los Reyes Católicos. La Venta T-blada o Venta Judadera, en los aledaños de los Toros de Guisando, Cebreros, el Monas-terio de Santo Tomás en Ávila, Cardeñosa, Arévalo y ahora Medina del Campo son esos lugares por los que el peregrino ha pasado y en los que la figura de Isabel de Castilla ha estado presente, directa o indirectamente, pero siempre marcándole el rumbo de la His-toria de España, de una historia que fue y de una historia que pudo ser.
A SANTIAGO POR AVILA (AREVALO III)

CALLEJEANDO POR AREVALO
La de la Villa es una típica plaza castellana, cuyo valor añadido radica en estar jalonada por dos de las iglesias mudéjares más importantes de la ciudad.
El peregrino que continúa callejeando por Arévalo camino de la Plaza de la Villa puede ver cómo el ladrillo es el material predominante en la muchas de las construcciones, lo ve en casas de dos pisos muy bien conservadas y lo ve también en otras en auténtico estado ruinoso que, por su decoración en las ventanas y cornisas, le quieren mostrar el glorioso pasado de las familias que habitaron esos inmuebles, llamándole la atención los restos de una portada clasicista que por los materiales utilizados y los escudos que la decoran deduce tuvo que pertenecer alguna noble e importante familia de Arévalo con el suficiente poder económico para tal dispendio en la pétrea portada en una fachada de adobe y ladrillo apuntalada con tirantes para evitar su derrumbamiento.
A SANTIAGO POR AVILA (AREVALO II)

HISTORIA EN CADA RINCÓN
El peregrino se adentra en Arévalo, una ciudad que atesora arte e historia en cada esquina y donde la presencia de Isabel I de Castilla se imbrica en las referencias del Camino. Este lugar emblemático de Castilla es un foco de atracción turística.
El peregrino llega a Arévalo, punto final de esta etapa por tierras abulenses, con la intención de dejar rápidamente su mochila y asearse un poco para darse un paseo por la localidad, teniendo que ir antes, al carecer de albergue de peregrinos como le indican los papeles que lleva, al centro de información para que pueda tener una acogida municipal.
El peregrino no acaba de comprender como en una localidad con tanto arte e historia no esté habilitado un albergue para que los peregrinos que caminan hacia Compostela realicen una obligatoria parada para que, aparte del merecido y necesario descanso, visiten y disfruten de todo de lo que es capaz de mostrarle este lugar castellano cuyas calles y casas están empapadas de historia, experiencia que sin duda transmitirán a sus familiares y amigos que con toda probabilidad se convertirán en futuros turistas que querrán visitar y conocer las excelencias que les pueda ofrecer una ciudad como Arévalo.
A SANTIAGO POR AVILA (AREVALO)

A LOS PIES DE LA LUGAREJA
El peregrino, que ya está cerca de Arévalo, a donde llegará caminando por un carril bici, se rinde ante la majestuosidad de este emblema de la arquitectura mudéjar abulense, declarado monumento histórico artístico en el año 1931.
El peregrino que abandona Tiñosillos caminando entre extensos y tupidos pinares sabe que por esa zona, en el término municipal de San Vicente de Arévalo, se encuentra la ermita del Cristo de los Pinares, imagen románica del crucificado de la segunda mitad del siglo XII que goza de gran devoción entre los pueblos de la comarca, celebrándose una romería el día 14 de septiembre a la que acuden multitud de peregrinos, muchos a pie e incluso descalzos, sacando al Cristo en procesión para disfrutar luego de un agra-dable día de campo.
El peregrino sabe también, aunque no ha tenido la oportunidad de verla, que la imagen del Cristo ha sido recientemente restaurada a cargo de la Diputación Provincial a través de la Institución Gran Duque de Alba y que se muestra sin la túnica y peluca con que habitualmente se ha conocido a este Cristo de los Pinares, por lo que se podrá admirar la talla románica tal y como se concibió, lo que le parece una bue-na idea, aunque reconoce que posiblemente no sea del agrado de muchos devotos acos-tumbrados a ver la imagen del Cristo vestida.
sábado, 22 de enero de 2011
A SANTIAGO POR ÁVILA (EL BOHODÓN - TÍÑOSILLOS)

A LA VISTA DE AREVALO
El Bohodón podría ser un topónimo prerromano relacionado con la presencia del agua y la actividad de los molinos. Tiñosillos, otro hito en este camino hacia Arévalo, es un pueblo de nueva planta, en el corazón de la ‘tierra de pinares’.
El camino se le está haciendo corto al peregrino pues poco tiempo después de dejar Villanueva de Gómez ya está en El Bohodón, uno de los pueblos que en 1250 aparecen en los archivos de la Catedral de Ávila recogidos en la «Consignación de rentas ordenadas por el Cardenal Gil Torres a la iglesia y Obispado de Ávila», documento que ha servido a los historiadores para estudiar diversos aspectos sobre las poblaciones relacionadas en él. Aunque el pago de diezmos a la jerarquía diocesana que aparecen en los repartos es una pista para hacerse una idea de la densidad poblacional, en algunas ocasiones es difícil individualizar los núcleos de población al figurar las tercias en conjunto de los lugares episcopales, como es el caso de El Bohodón que aparece junto a varios pueblos del Valle del Corneja, cosa que al peregrino no le deja de extrañar, ascendiendo el conjunto de las tercias a 225 maravedís.
A SANTIAGO POR AVILA (HERNANSANCHO)

POR LAS SENDAS DEL LADRILLO
Al igual que Gotarrendura, Hernansancho tiene su origen en la Repoblación y su referencia al antropónimo Sancho encuentra múltiples referencias en el resto del Norte. Las ruinas de la antigua iglesia de Villanueva de Gómez, otro hito del camino
El peregrino deja atrás Gotarrendura para iniciar una nueva etapa que le llevará hasta Arévalo y lo hará según sus guías primeramente por caminos articulados por pequeños pueblos para realizar los últimos 12 kilómetros sin ningún tipo de servicios.
Así, cuando apenas lleva caminando 4 kilómetros, el peregrino se encuentra con Hernansancho, pueblo que, como en Gotarrendura, el ladrillo es el material predominante tanto en las viviendas como es su iglesia parroquial dedicada a San Martín, iglesia que le parece de buena albañilería, sin apenas decoración, con una esbelta espadaña de mampostería rematada también de ladrillo.
Intentando leer las apenas legibles inscripciones de la gran basa que soporta la cruz de granito situada en el atrio de la iglesia, basa que ha sido preciso reforzarla debido a su agrietamiento, el peregrino piensa que no sería mala idea, al igual que en otros sitios, transcribir las inscripciones y ponerlas en un letrero, lo que sin duda daría un valor añadido al monumento.
De esta iglesia de Hernansancho al peregrino le llama la atención una pequeña puerta adovelada de sillería con arco de medio punto decorado con las típicas perlas abulenses, elemento que le parece extraño para este tipo de iglesias enclavadas en esta zona de la Moraña.
jueves, 20 de enero de 2011
A SANTIAGO POR AVILA (GOTARRENDURA)


BAJO LA LUZ MORAÑEGA
Topónimo de origen vasco, en Gotarrendura el Camino se sumerge en la Moraña auténtica, con los ecos de la figura biográfica de Santa Teresa y una arquitectura de adobes, ladrillo y piedra sobre la que se ha escrito la Historia
El peregrino llega a Gotarrendura, el primer pueblo que se encuentra propiamente morañego en su caminar hacia Santiago, y lo primero que le llama la atención es su nombre, evidentemente compuesto y cuyo topónimo ha sido estudiado por varios autores llegando a similares conclusiones.
Al peregrino no se le escapa que los orígenes de muchos de los lugares por los que está transitando se remontan a tiempos de la repoblación, debiendo su nombre al del repoblador o a las gentes asentadas en ese lugar.
Gotarrendura es, sin duda, uno esos pueblos que debe su nombre a gentes venidas del norte, concre-tamente de las Vascongadas, ya que Endura es un antropónimo de los vascos altomedievales, aunque según algunos autores, no debía de ser muy utilizado por lo poco documentado que está. Al peregrino le consta que en la documentación medieval aparece el nombre de Gotarrendura con una variante, aparece como Gutierrendura, posiblemente por errores de los copistas, más familiarizados con el nombre Gutierre y no con el de Gotarr, posible nombre de pila del repoblador, ya que en documentos del siglo XV al pueblo se le denomina Goterrendura, Guterrrandura o Guterrendura.
A SANTIAGO POR AVILA (PEÑALBA DE AVILA)

El BALCON DE LA MORAÑA
El peregrino que en la provincia de Ávila ha caminado por el Valle del Alberche y por Tierra de Pinares se encuentra ante un paisaje completamente diferente, con horizontes sin fin de mares de cereales
Nada más salir de Cardeñosa el peregrino se lleva una sorpresa cuando se ve sumergido en una penumbra que no esperaba encontrar, cuando el llamado camino «de los borrachos» le recuerda a esas corredoiras gallegas y asturianas de los caminos del norte y que por momentos le transporta a esos bosques mágicos y fantásticos por los que el peregrino siente cierta fascinación.
Es al final de este camino de los borrachos cuando el peregrino comienza una leve subida que poco a poco le va abriendo el horizonte hasta llegar a un punto desde donde se divisa con toda su amplitud los campos de Castilla, es el denominado Balcón de la Moraña, mirador que permite contemplar una panorámica del tradicional paisaje cerealista, tierra de pan llevar, salpicado de pequeños pueblos próximos entre sí y que con buena vista es posible divisar algunos silos y espadañas.
El peregrino que en la provincia de Ávila ha caminado por el Valle del Alberche y por Tierra de Pinares se encuentra ante un paisaje completamente diferente con horizontes sin fin de mares de cereales con pequeñas isletas arbóreas y lagunas o lavajos que alber-gan a una notable variedad ornitológica, se encuentra ante la comarca de la Moraña que se extiende por la zona norte de la provincia, comarca que su historia y etimología van unidas a esos grupos muladíes que durante principalmente el siglo XI se establecen en esta zona de la extremadura castellana y que se la denominaría tierra de moros, la moraría que evolucionaría hacia moraña, teoría que al peregrino le consta de que no es aceptada en muchos lugares de la comarca.
A SANTIAGO POR AVILA (CARDEÑOSA II)

EL LUGAR DE LAS 46 CRUCES
El peregrino llega a Cardeñosa, el municipio donde se puede visitar uno de los castros de la Edad del Hierro peninsular de mayor relevancia arqueológica e histórica. Cardeñosa es también el lugar en el que murió el protagonista de la Farsa de Ávila
Una cruz de granito recibe la peregrino en su entrada en Cardeñosa, una de las 46 cruces que hay en el pueblo según le informa Conchi, una gallega afincada en Cardeñosa y ex alguacil que, al ver al peregrino mirando la cruz, solícitamente se ofreció como cicerone.
Para el peregrino Conchi es un torrente de entusiasmo a la hora de explicarle lo mucho que hay que ver sobre todo en los alrededores de Cardeñosa, incluido, como no, el Castro de las Cogotas, uno de los castros vettones más emblemáticos de la Edad del Hierro en la meseta occidental española y del que ya se habló en 1876 cuando la Comisión de Monumentos de Ávila dio cuenta a la Real Academia de la Historia del hallazgo de indicios de lo que podía ser un castro vettón en el sitio conocido entonces como «Las Cogoteras», manifestando la conveniencia de realizar excavaciones arqueológicas.
A SANTIAGO POR AVILA (CARDEÑOSA)
CAMINO DE CARDEÑOSA.
El peregrino sale de la capital abulense en dirección a la localidad donde la cantería alcanzó un gran auge a partirdel siglo XVI. Antes, como importante hito, Narrillos de San Leonardo susurra los añejos ecos de la Repoblación
El peregrino, dejando atrás los Cuatro Postes como esos lugareños que Sampietro nos muestra en su grabado de 1890 Camino de Cardeñosa, se encamina hacia Narrillos de San Leonardo pasando antes por la dehesa de Pancaliente, dehesa que estuvo en el lote de las enajenaciones jurisdiccionales llevadas a cabo por Felipe III entre 1613 y 1615, siendo el comprador don Gaspar de Bullón, Aposentador Mayor del Rey, que pagaría la suma de 2.700 ducados por la media legua legal que tenía el lugar, transacción que no se llegó a realizar por la oposición de la ciudad de Ávila alegando que el término se encontraba demasiado cerca de la ciudad, a media legua tan sólo, y sus límites rayaban la muralla, circunstancia contraria a los acuerdos con la urbe.
A SANTIAGO POR AVILA (AVILA III)

UNA ATALAYA INDISPENSABLE.
El celebérrimo humilladero de Los Cuatro Postes y su entorno destilan historia y leyenda. Este mirador privilegiado del Ávila amurallada ha fascinado desde siempre a insignes, dibujantes, pintores y fotógrafos
El peregrino inicia una nueva etapa de este Camino del Levante-Sureste atravesando el puente sobre el río Adaja que posiblemente sea uno de los pocos testimonios de la época romana que quedan en la ciudad, puente de cinco arcos y nueve pilares con tajamar para cortar la corriente, lo que le da una idea del caudal que debía llevar el río en época romana. Al pasar por el puente el peregrino se fija en el pretil redondeado de granito que lo remata, muy parecido al del Puente de Romanillos sobre el río Chico que tuvo que cruzar para entrar en la ciudad, pretil seguramente producto de una reparación posterior con piedra granítica a la reconstrucción del puente en tiempos de la repoblación con la poco resistente piedra arenisca de La Colilla.
Unos metros más adelante el peregrino se detiene ante uno de los puntos más emblemáticos de Ávila, el mirador de los Cuatro Postes, un sencillo humilladero de cuatro columnas dóricas de cinco metros de altura rematadas por un entablamento en el que un desgastado escudo de Ávila figura en sus cuatro caras, con una cruz en el centro de aproximadamente tres metros, cruz que no es la original ya que ésta fue destruida en 1995 en un acto vandálico que el peregrino recuerda que causó gran indignación en la ciudad.
A SANTIAGO POR AVILA (AVILA II)

PARA CREER EN MILAGROS
El peregrino abandona este arrabal de Ávila pensando en la paradoja de que alrededor de esta iglesia de origen románico se fueran asentando a lo largo de la Baja Edad Media los moriscos abulenses
Ya en la ciudad de Ávila las flechas amarillas indican al peregrino por donde tiene que callejear para llegar al albergue, y las flechas amarillas le conducen primeramente a la iglesia de Santiago, situada en el arrabal que lleva su nombre.
Poco antes de llegar a la iglesia el peregrino pasa ante un bar que se llama ‘El Cruce’ y como el nombre le parece sugerente para un caminante, decide entrar para tomarse un pequeño tentempié, dando la casualidad de que unos parroquianos están hablando sobre antiguos caminos perdidos por sus pueblos y que ahora se están intentando recuperar, pareciéndole al peregrino estupendo que se hable de los caminos en estos tiempos tan motorizados. Antonio, el dueño, le dice que por su puerta pasan bastantes mochileros que le gustaría que entrasen, aunque reconoce, porque así se lo explica el peregrino, que seguramente tendrán prisa por llegar al lugar de descanso después de haber estado va-rias horas caminando cargados con la pesada mochila. Tras pasar por una angosta calle el peregrino se encuentra con la magnífica mole de la iglesia de Santiago en la que a primera vista destaca su octogonal torre que en 1803 sufrió un hundimiento, reparándose el cuerpo superior de campanas con ventanas de me-dio punto y moderno chapitel de pizarra.
A SANTIAGO POR AVILA (AVILA)


LA HISTORIA QUE NO PUDO SER.
Esta nueva etapa, ya en la capital, obliga al peregrino a visitar el Real Monasterio de Santo Tomás, una obra de gran importancia debido a la historia que guarda entre sus muros, a su belleza y a su Museo Oriental
Monasterio de Santo Tomás
Una vez pasado el puente romano de Romanillos, en una de las rotondas que le indican que ya se encuentra en la capital abulense, el peregrino ve unas ruinas de lo que fue la antigua ermita de la Virgen de las Aguas. Una ermita que, según afirma María Cátedra en su ensayo «La ciudad y su tierra: la Virgen de Sonsoles» publicado en el 2001 en la Revista de Antropología Social, acogía a la imagen grande de Sonsoles cuando se la traía a Ávila para las rogativas en tiempos de sequía, de ahí el nombre de Virgen de las Aguas.
El peregrino, cuando visita ciudades con un gran patrimonio artístico, histórico o cultural, se tiene que conformar con lo que llama «una degustación» ya que, como es natural, no dispone del tiempo necesario para visitar y conocer como le gustaría esas ciudades que salen a su paso en su peregrinar hacia Santiago, dejando para más adelante, para cuando su tiempo y circunstancias se lo permitan, una visita con más calma de esos sitios que, por un motivo u otro, han dejado cierto poso en su memoria.
A SANTIAGO POR AVILA (TORNADIZOS DE AVILA)

En tierras de conversos
La tercera etapa se acerca a la capital abulense, haciendo parada en Tornadizos de Ávila, un topónimo con reminiscencias religiosas, en uno de cuyos parajes apareció una fabulosa concentración de verracos
Una vez pasada la ermita de Nuestra Señora de la Antigua el peregrino inicia la subida al Puerto de El Boquerón, lo hace primero por una senda un tanto pedregosa, que dificulta de cierta manera su caminar, para atravesar seguidamente una pradera que le conduce hasta un camino que, por bajo de la sinuosa carretera, le lleva hasta el alto del puerto. El peregrino camina al principio junto a una reses que se interponen en sus camino; el peregrino sabe, por qué así le han informado, que no son bravas y que si no se les molesta no son peligrosas, por lo que hace como si no las viera, aunque durante un largo trecho tenga que caminar detrás de una vaca como si le guiara por ese abrupto camino. Una vez abandonada la inesperada compañía, el peregrino, tras atravesar la pradera y embarrarse algo las botas, pasa bajo un puente que cruza la carretera e inicia el último trecho, posiblemente el más duro, tanto por la pendiente como por el calor que ya comenzaba apretar.
A SANTIAGO POR AVILA (EL HERRADÓN)

Marcados por la riada
La tercera etapa arranca de El Herradón de Pinares, una localidad encajonada junto al río Gaznata, que en 1999 provocó una devastadora riada. Aquel trágico suceso, que no se cobró víctimas, modificó la fisonomía del pueblo
Después de pernoctar en el albergue de San Bartolomé de Pinares, el peregrino se dispone a afrontar una nueva etapa que le llevará hasta la capital abulense y lo hace en dirección de El Herradón de Pinares, atravesando el puente sobre el arroyo Gaznatilla que vierte sus aguas en el río Gaznata, río que nace en la fuente del Cuadrón y desemboca a la altura de la cola del embalse del Alberche, más conocido como el embalse del Burguillo y que es el río que pasa por el Herradón, pueblo situado en el valle que lleva el nombre del río, entre dos murallones de piedra, y por donde pasaba el antiguo camino real descendiendo del puerto de las Pilas.
El Herradón es junto con San Bartolomé y Santa Cruz uno de los pueblos de esa Tierra de Pinares bañados por el Gaznata por la que está caminando el peregrino una vez que pasó el Puerto de Arrebatacapas.
El peregrino hace una parada frente al Ayuntamiento de El Herradón de Pinares, edi-ficio moderno con una lápida que lleva la inscripción «Reinando Carlos tercero se ico esta obra año de 1788», inscripción que según Teresa, regente del bar «La Plaza-El Negro», estaba colocada en el anterior edificio que albergaba al ayuntamiento y que desapareció como consecuencia de la riada que arrasó el pueblo el 1 de septiembre de 1999.
Y es de esta riada de lo que Teresa quiere hablar al peregrino y lo hace invitándole a entrar en el bar para que se tome lo que le apetezca y a la vez enseñarle fotografías que le muestran imágenes del pueblo antes de la riada y un poema enmarcado que rememora ese fatídico día en el que el río pasó de ser elemento benefactor a terriblemente destructor de cuanto se encontró a su paso, arrastrando toneladas de lodo y piedras en su recorrido hasta el pantano del Burguillo.
El peregrino tiene la oportunidad de ver una foto de un puente de piedra de tres ojos que fue totalmente destruido por efecto de la riada, lo que le da una idea sobre la magnitud de la tragedia que asoló a este pueblo y a estas gentes que, aunque no hubo ninguna víctima mortal, vieron como sus enseres y propiedades bien desaparecieron o fueron anegadas entre el barro y el lodo. Al peregrino le viene a la memoria las imágenes de las vías del ferrocarril a su paso por La Cañada colgadas en el vacío en una visión verdaderamente dantesca.
martes, 18 de enero de 2011
A SANTIAGO POR AVILA (SAN BARTOLOME DE PINARES II)

De héroes y monturas
Frente al Ayuntamiento de San Bartolomé de Pinares al peregrino le llama la atención una estatua de Eloy Gonzalo, el héroe de Cascorro, uno de los mitos nacionales de la Guerra de Cuba, vinculado a esta localidad.
Tras un descenso por un asfaltado camino, el peregrino llega a San Bartolomé de Pinares y lo primero que se encuentra son dos ermitas, la del Cristo de la Vera Cruz y la de la Visitación, ermitas de estructura muy similar y que, en esta ocasión, el peregrino encuentra cerradas, informándole que en la de la Visitación se guarda la imagen de la Virgen, aunque en esos momentos no está, ya que se está restaurando, indicándole que hay otra ermita, la de San Roque, a las afueras del pueblo y que fue sufragada por los vecinos al derruirse la primitiva. El peregrino lamenta no poder ver esa imagen de la Virgen, le hubiera gustado compararla con la recientemente visitada de Valsordo.
Frente al Ayuntamiento al peregrino le llama la atención una estatua de Eloy Gonzalo, el héroe de Cascorro, como popularmente es conocido. Eloy Gonzalo durante la Guerra de Cuba se encontraba en el puesto de Cascorro, una pequeña localidad cercada por rebeldes cubanos, ofreciéndose voluntario para incendiar la posición enemiga tan solo con una lata de petróleo, culminando con éxito la misión. Preguntando el peregrino cuál es la relación de este personaje con San Bartolomé le comentan que este héroe de la Guerra de Cuba fue recogido de la inclusa madrileña por un matrimonio cuyo cabeza de familia era Guardia Civil que estuvo un tiempo destinado en el pueblo, por lo que pasó sus primeros años en la casa cuartel del puesto de San Bartolomé de Pinares.
En busca del necesario refrigerio el peregrino entra en el Bar «El Rincón» y allí Julián, que regenta el local, amablemente le cuenta que las fiestas del pueblo se celebran en honor de San Bartolomé Apóstol el 24 de agosto, pero que se inician el día de antes con el «Viva San Bartolo» tras el pregón de las fiestas, dirigiéndose a continuación todos los concentrados desde la puerta del Ayuntamiento a Vísperas. El día de la fiesta, después de la procesión, el Ayuntamiento invita a todos a limonada y pastas, dejando para el día siguiente, el 25 de agosto, la celebración de la fiesta de La Visitación, mos-trándole una gran foto de la Virgen que Julián tiene colocada en el bar, lo que permite al peregrino conocer, aunque solo sea por una foto, la imagen que no pudo contemplar en su ermita.
A SANTIAGO POR AVILA (SAN BARTOLOME DE PINARES)

La senda de los invasores
El Puerto de Arrebatacapas es frecuentemente citado como paso de las tropas musulmanas en su conquista de España. En esta segunda etapa, el peregrino se funde con un paisaje de altura y espectaculares vistas
El peregrino retoma su camino en Cebreros para realizar la segunda etapa de este Camino de Levante Sureste en la provincia de Ávila, camino que le llevará hasta San Bartolomé de Pinares tras subir el primero de los dos puertos que se encontrará antes de llegar a la ciudad de Ávila, el Puerto de Arrebatacapas.
A SANTIAGO POR AVILA (EL BARRACO II)

La estela de la tradición
Las coplas populares en forma de jota barranquera, la romería de San Marcos y su ‘rey de los charcos’ o los festejos patronales en honor al Cristo de Gracia reviven cada año en El Barraco tradiciones y costumbres centenarias
El peregrino se dispone a escuchar algunas de las costumbres y tradiciones que aún se conservan en El Barraco y que dan lugar a celebraciones y fiestas en las que participan, prácticamente, todo el pueblo.
Las Candelas o Fiestas de los Quintos es una de las fiestas más tradicionales y con mayor arraigo, le dicen al peregrino, pues se remontan al año 1870. Es una fiesta que históricamente celebraban los mozos como despedida antes de incorporarse al servicio militar, pero que se sigue conmemorando en la actualidad aunque haya desaparecido el servicio obligatorio.
A SANTIAGO POR AVILA (EL BARRACO)

Un topónimo con historia
La localidad de El Barraco es una de las paradas obligadas en la variante de El Tiemblo, la segunda opción que en la etapa inaugural del Camino Abulense ‘compite’ con la más conocida, la que va por Cebreros y San Bartolomé.
El peregrino, después de haber atravesado el embalse del Burguillo, llega a El Barraco que le recuerda a esos pueblos nacidos a la vera del Camino, con una gran calle o avenida alrededor de la cual se van conformando los distintos servicios y se van aposentando las diversas instituciones. El nombre del pueblo no le extraña al peregrino, ya que desde que se adentró en tierra de vetones por los Toros de Guisando ha echado de menos topónimos relacionados con los famosos verracos celtas, topónimo que en esta ocasión puede corroborar por el verraco que figura en el escudo de la localidad rodeado por las ocho aspas del escudo de don Juan del Águila, capitán que fue de Felipe II.
A SANTIAGO POR AVILA (EL TIEMBLO II)

La ermita de San Antonio
Los tembleños se encomendaron a este santo para protegerse de las muchas y graves inundaciones que antaño asolaron la localidad
El peregrino, antes de abandonar El Tiemblo y continuar su camino hacia El Barraco, decide realizar una parada en la Plaza de San Antonio para visitar la ermita de este santo, patrón de esta localidad, al que los vecinos y devotos han erigido un mural en conmemoración del octavo centenario de su nacimiento en Lisboa en 1195.
La ermita de San Antonio es una construcción de finales del XVIII y principios del XIX, como delata una inscripción en la fachada en donde figura Año 1824, en la que el peregrino destacaría el atrio rodeado por una balaustrada de granito que acoge su fachada rematada por cuatro pináculos y dos más en la espadaña que le dan una gran perpendicularidad y esbeltez, destacándose al fondo la cúpula rodeada de ocho pináculos octogonales con vidrieras en la linterna, cúpula que recuerda al peregrino otras de ermitas también dedicadas a San Antonio.
A SANTIAGO POR AVILA (EL TIEMBLO)

La opción de El Tiemblo
El peregrino, que ha entrado en tierras abulenses por Los Toros de Guisando y que ha caminado hasta Cebreros, sabe que desde ese punto este Camino del Levante Sureste le ofrece una variante que por carretera le llevará hasta la ciudad de Ávila pasando por El Tiemblo y El Barraco y, tras subir el Puerto de la Paramera, el Santuario de Nuestra Señora de Sonsoles, desde donde se divisa ya la capital abulense. El peregrino sabe que esta alternativa es utilizada principalmente por los peregrinos que realizan el Camino en bicicleta o por aquellos que, por un motivo u otro, decidan pasar por esos parajes y visitar esas localidades, aunque le consta que la mayoría de los caminantes huye de la carretera en busca de trochas y veredas, que para el peregrino son la esencia del Camino.
Al llegar el peregrino ciclista a los Toros de Guisando, en donde a pocos metros estuvo ubicada la llamada Venta Juradera, una cerámica le indica por medio de la flecha amarilla la dirección hacia el Tiemblo, camino que, tras una breve parada en el recinto que alberga las cuatro figuras vetonas, toma para continuar su pedaleada peregrinación.
lunes, 17 de enero de 2011
A SANTIAGO POR AVILA (CEBREROS VIII)

Camino y transición (y 2)
El museo está dirigido a todo tipo de público, pero haciéndolo con especial empeño entre los más jóvenes para que conozcan este período de la Historia de España, y en los mayores para que lo recuerden y no lo olviden
El peregrino tiene que esperar a que las puertas del museo se abran para poder realizar su visita y entretanto se pasea plácidamente por el acogedor recinto entreteniéndose en leer en el suelo del patio varios artículos de la Carta Magna, recinto que entre pinos y olivos muestra los bustos de los siete padres de la Constitución realizados por el escultor Santiago de Santiago, nombre que para un peregrino del Camino de Santiago no deja de resultarle evocador.
Ensimismado en su lectura, el peregrino recibe el saludo de Cristina, la gerente del museo, que, viendo el interés de un peregrino que ha hecho un alto en su camino para visitar el museo, se ofrece amablemente para acompañarle durante su visita, ya que no esperan visitantes hasta más avanzada la mañana. El peregrino se siente un privilegiado y acepta encantado el ofrecimiento de esta amable anfitriona que, sin duda, será el mejor cicerone que pudiera encontrar.
A SANTIAGO POR AVILA (CEBREROS VII)

Camino y Transición
La figura del histórico presidente del Gobierno cebrereño, Adolfo Suárez, y el papel de la Transición invitan a una parada en la iglesia vieja de Cebreros justo antes de iniciar una nueva etapa del Camino. Este templo ha sido salvado de la ruina
El peregrino, que rápidamente ha encontrado las flechas amarillas que le conducirán hacia la subida del Puerto de Arrebatacas en dirección a San Bartolomé de Pinares, se encuentra con la Iglesia Antigua de Cebreros que actualmente ya no san las ruinas que figuran en casi todas las guías ya que se ha rehabilitado y desde finales del pasado año acoge el Museo de la Transición y rinde de esta manera un homenaje a la figura de Adolfo Suárez.
Como el peregrino tiene algo de romántico siempre se ha visto atraído por esas ruinas góticas que con sus cuentos y leyendas le envolvían en ese halo de misterio propio del siglo XIX.
A SANTIAGO POR AVILA (CEBREROS VI)

LA IGLESIA DE CEBREROS
El peregrino, recordando el Puente de Valsordo, deduce que el Cabildo abulense debía tener extensas posesiones poresta zona y por esta razón tomara la iniciativa de la construcción de un nuevo templo en la segunda mitad del siglo XVI
Después de recorrer las calles de Cebreros, el peregrino se dispone a visitar la iglesia de Santiago y contemplándola desde la plaza le viene a la memoria la opinión de Gómez Moreno que en su Catálogo Monumental de la Provincia de Ávila apuntaba «que tenía fama de ser la mejor de la diócesis y que no tenía rival en la provincia».
Cebreros ya tenía una iglesia parroquial, curiosamente también bajo la advocación de Santiago, pero, como suele pasar, las necesidades del culto y la mala ubicación, hicieron que en 1550 el Deán y el Cabildo de la Catedral de Ávila pensaran en la conveniencia de construir una nueva iglesia en el centro de la localidad.
A SANTIAGO POR AVILA (CEBREROS V)

Una vuelta por cebreros
El peregrino se detiene en esta localidad histórica, con reminiscencias de episodios biográficos de la reina Isabel la Católica, los ecos de su popular Carnaval y una rica gastronomía, siempre regada por los célebres vinos de la zona
Han sido varios kilómetros los que el peregrino ha llevado vislumbrando la enorme mole de la iglesia parroquial de Cebreros que a cada paso se le ha ido acercando con toda su majestuosidad, convirtiéndose su monumental torre como una especie de guía o faro para el peregrino.
domingo, 16 de enero de 2011
A SANTIAGO POR AVILA (CEBREROS IV)
La picota de cebreros
El peregrino se detiene ante uno de los símbolos de la jurisdicción feudal. El de Cebreros no será el único rollo en su Camino a Santiago
Con el recuerdo fresco de su estancia en la ermita de Valsordo, el peregrino, al entrar en Cebreros por su parte más baja, se encuentra, en una pequeña cima de granito y al lado del camino llamado de los Enrollaos, una Picota que se yergue majestuosa ante el valle del río Alberche.
El peregrino, que siempre tuvo cierta debilidad por estos rollos o picotas, hace un alto en su camino para contemplar detenidamente este ejemplar que le parece bastante interesante, aunque no tenga la magnificencia de otros que ha tenido la oportunidad de ver en su vasto caminar por los Caminos de Santiago, viniéndole a la memoria una de las más significativas como es la picota gótica de la localidad palentina de Boadilla del Camino en pleno Camino Francés.
A SANTIAGO POR AVILA (CEBREROS III)

La ermita de Valsordo
El peregrino hace una parada en este rincón que transmite paz y sosiego y que se integra armónicamente en un entorno natural al que no le faltan sus leyendas
El peregrino está próximo a Cebreros, solo le faltan unos dos kilómetros según su hoja de ruta, pero antes, en la antigua Dehesa del Sordo cerca del río Alberche y en una lade-ra rodeada de peñascos y viñas, hace una parada para visitar la ermita de Nuestra Señora de Valsordo, patrona de Cebreros, enclavada en un paraje que al peregrino le transmite paz y sosiego. El peregrino se informa de que en ese lugar, al pie del Camino Real, había un humilladero junto a la vieja ermita de Valsordo, sin saber a ciencia cierta de cuándo datan, aunque ya por el siglo XIII se encuentran algunos datos sobre las rentas que la ermita rendía al Arciprestazgo de los Pinares.
A SANTIAGO POR AVILA (CEBREROS II)
Los puentes del camino
Los puentes de Valsordo y Santa Justa forman parte de la red de antiguas cañadas de la Mesta. Sus piedras guardan las inscripciones del ‘peaje’
El peregrino camina por lo que seguramente sería una pequeña calzada romana y que posteriormente se convertiría en el antiguo Camino Imperial de Toledo a Valladolid y que en parte coincidiría con la Cañada Real Leonesa que atravesaba las provincias de León, Palencia, Valladolid, Ávila, Madrid, Toledo, Cáceres y Badajoz. Estas cañadas utilizadas por los ganaderos trashumantes fueron establecidas por el Honrado Concejo de la Mesta, constituido en el siglo XIII, con el fin de impulsar la cría de ganado ovino, cuya producción de lana estaba destinada a la fabricación de paños que serían exportados al norte de Europa a través de los puertos cantábricos.
A SANTIAGO POR AVILA (CEBREROS)

Una bienvenida histórica
La provincia de Ávila recibe al peregrino con escenarios y parajes en los que se forjó la Edad Moderna de la Historia española
Hace más de quince días que el peregrino partió de la Basílica de Santa María en Alicante camino de Santiago de Compostela. El peregrino, que ha caminado por tierras cervantinas y que ha dejado atrás la Imperial Toledo, se adentra en la provincia de Ávila y rápidamente se da cuenta de que se encuentra tierras de vetones, en donde cuatro figuras zoomorfas, los Toros de Guisando, le dan la bienvenida y que son una de las manifestaciones artísticas de ese pueblo prerromano asentado entre los ríos Duero y Tajo.
A SANTIAGO POR AVILA.
La Asociación de Amigos del Camino de Santiago presenta bajo estas líneas la serie que ofrecerá Diario de Ávila sobre el Camino de Levante
Estamos inmersos en un Año Santo Jacobeo en donde las noticias sobre el Camino de Santiago nos bombardean diariamente desde los diversos medios de comunicación. Raro es el día que, desde cualquier medio, no nos cuenten la celebración de eventos, efemérides o cualquier otra noticia que esté relacionada con el Camino de Santiago.
Pero no sólo son los medios de comunicación los que están prestando la máxima atención a este Jacobeo del 2010, son también las instituciones las que están promoviendo y promocionando estos Caminos que conducen a Santiago de Compostela. Lógicamente es el Xacobeo desde la Xunta de Galicia el que está a la cabeza de estas iniciativas, pero a nivel autonómico y provincial también se está trabajando para dar la máxima difusión a los caminos que transcurren por sus territorios.
Desde nuestra perspectiva abulense vemos como la Junta de Castilla y León se está volcando con los Caminos de Santiago que desde los cuatro puntos cardinales atraviesan la Comunidad Autónoma, así como la Diputación Provincial de Ávila esta presentando en ferias de turismo, Intur o Fitur, al Camino del Levante-Sureste como vehículo de desarrollo rural y turístico de las zonas de la provincia de Ávila por las que transcurre este camino jacobeo.
sábado, 1 de enero de 2011
EL CAMINO ESTÁ SIEMPRE AHÍ.
El año 2010 ha cerrado sus puertas y con él un Año Santo Compostelano que se ha caracterizado por la gran repercusión mediática que ha tenido desde los distintos medios de comunicación con programaciones especiales, suplementos, entrevistas, así como por una mayor implicaciones de las instituciones, tanto autonómicas como provinciales, que han promocionado según sus criterios y prioridades los Caminos de Santiago que transcurren por sus comunidades y provincias, haciéndolo con numerosos actos culturales, conciertos, conferencias, exposiciones.
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