jueves, 20 de enero de 2011

A SANTIAGO POR AVILA (CARDEÑOSA)


CAMINO DE CARDEÑOSA.
El peregrino sale de la capital abulense en dirección a la localidad donde la cantería alcanzó un gran auge a partirdel siglo XVI. Antes, como importante hito, Narrillos de San Leonardo susurra los añejos ecos de la Repoblación


El peregrino, dejando atrás los Cuatro Postes como esos lugareños que Sampietro nos muestra en su grabado de 1890 Camino de Cardeñosa, se encamina hacia Narrillos de San Leonardo pasando antes por la dehesa de Pancaliente, dehesa que estuvo en el lote de las enajenaciones jurisdiccionales llevadas a cabo por Felipe III entre 1613 y 1615, siendo el comprador don Gaspar de Bullón, Aposentador Mayor del Rey, que pagaría la suma de 2.700 ducados por la media legua legal que tenía el lugar, transacción que no se llegó a realizar por la oposición de la ciudad de Ávila alegando que el término se encontraba demasiado cerca de la ciudad, a media legua tan sólo, y sus límites rayaban la muralla, circunstancia contraria a los acuerdos con la urbe.

Tras un agradable, pero corto, camino por Pancaliente, el peregrino llega a Narrillos de San Leonardo, pequeño pueblo del que ya tuvo noticias durante su parada en los Cuatro Postes y que, posiblemente por su proximidad a Ávila, fuera el lugar elegido por caballeros franceses que vinieron a España durante la Reconquista para establecer el culto a San Leonardo, uno de los santos más populares en Europa, compañero del rey Clodoveo y convertido con él al Cristianismo en el año 496.
El peregrino tiene pocas noticias de que el culto a San Leonardo estuviera arraigado por estas tierras castellanas, pero le parece significativo que el Cabildo abulense eligiera este pueblo para dirigirse en esa romería rogativa para paliar la epidemia que estaba asolando a la ciudad de Ávila y que dicha romería, ya conmemorativa, se siguiera celebrando durante años.
Al peregrino, que siempre le ha interesado conocer la toponimia de los lugares por donde pasa, el nombre de Narrillos le es familiar, ya que son varios los pueblos castellanos que llevan el nombre de Narros y Narrillos, etimología que, según Sánchez Albornoz, serían modificaciones de las palabras «Navarros» y «Navarrillos», por lo que los nombres de dichos pueblos estaría en las repoblaciones hechas durante la Baja Edad Media con familias procedentes del entonces Reino de Navarra.

los vetones. El pequeño verraco situado junto a la puerta de la iglesia recuerda al peregrino de que todavía se encuentra en tierra de vettones, de que está caminando por terrenos en que estos toros o verracos proliferaron durante la Edad del Hierro y de los que ya ha tenido la oportunidad de hablar. Este verraco de Narrillos de San Leonardo, al que le faltan las patas delanteras, no debe de ser el ejemplar que Jesús Álvarez Sanchís reseña en la distribución geográfica de la escultura zoomorfa en su libro Los vettones, ejemplar que fue encontrado en el paraje denominado Las Moras y que se encuentra en paradero desconocido.
Al peregrino le informan de que anualmente se celebra una carrera que va desde Narrillos hasta Gotarrendura para promocionar este Camino de Santiago, carrera que transcurre por los mismos caminos que el peregrino va a recorrer en cuanto se ponga a caminar y que lleva el atractivo nombre de Carrera de las tres leguas castellanas, que es la distancia existente entre estos dos puntos enclavados en esta ruta jacobea, encantándole que se recuperen términos como legua castellana, medida de longitud que quedó establecida en el siglo XVI como 20.000 pies castellanos, equivalentes entre 5.600 y 5.900 metros aproximadamente. Al hablar de leguas el peregrino lamenta que apenas se vean leguarios por los caminos como muestra de una señalización que estuvo vigente hasta que esos caminos fueron absorbidos por carreteras y autovías, habiendo desaparecido la mayoría de ellos, algunos auténticos monumentos por su estructura.
De nuevo en marcha el peregrino se imagina un camino compartido por atletas y peregrinos, unos en busca de un récord y otros queriendo simplemente llegar, pero todos por los Caminos de Santiago.
Cuando el peregrino salió de la ciudad de Ávila por su puente romano tomó uno de los dos caminos que según Rodríguez Almeida partían desde ese punto; tomó el que giraba hacia la derecha, hacia Cardeñosa por una calzada de la que todavía se conservaba un trecho entre Cardeñosa y Hernansancho a principios de los años noventa del pasado siglo y que fue gravemente deteriorada por el ensanche de la carretera local 804. De calzadas romanas el peregrino no tiene constancia alguna hasta pasado Narrillos que camina por un trecho conocido como la calzadilla, calzada utilizada desde el Medievo para enlazar los pueblos de la Moraña con la capital abulense. Piensa el peregrino que esta calzadilla probablemente fuera una vía de comunicación secundaria, pero bien levantada con sistemas de drenaje y con puentes para salvar desniveles, como el pequeño puente de un solo ojo que tiene que atravesar y que hace unos años, junto con parte de la calzada, se ha recuperado, estando convencido de que si se excavara más nos aparecería un puente de mayores dimensiones.
Camino de Cardeñosa el peregrino comienza a notar como sus botas se van cubriendo con ese polvillo que la arena de cuarzo y mica va dejando por el camino, y es que se va adentrando en un importante centro de cantería como son las canteras de Cardeñosa que, junto con las de Mingorría, vivieron su gran auge en el siglo XVI, donde importantes maestros canteros, de los que apenas se dispone de datos biográficos, dejaron su obra repartida por toda la geografía española. Al peregrino, que siempre tuvo una especial atracción por el mundo enigmático de las piedras, le causa cierta emoción encontrarse en el terreno de donde salieron esos bloques graníticos con los se construyeron templos y ermitas bajo el buen hacer de maestros conocedores de los secretos de las piedras.
Entrando ya en Cardeñosa y junto a lo que debió ser una magnífica fuente, el peregrino observa a su derecha el berrocal en donde está ubicada la ermita de la Virgen del Berrocal y ese granítico calvario que tantas veces ha visto representado como imagen del pueblo de Cardeñosa.

4 comentarios:

  1. ¿Es posible atravesar la dehesa de Pancaliente ahora?
    Un saludo y enhorabuena por el blog.

    ResponderEliminar
  2. Se está intentando a través del Ayuntamiento, que los dueños de la Finca de Pancaliente, reconozcan, según aparece en todos los mapas, también en el plan de Ordenación Urbana y hasta en el catastro, el camino de Ávila a Narrillos como de uso público.

    ResponderEliminar
  3. ¿A día de hoy ya es posible atravesarla?¿Han cedido los dueños? Y si no es así, si decides ir y te ven, son tolerantes? Un saludo y gracias.

    ResponderEliminar
  4. . A día de hoy no está abierta, los dueños cortaron el paso con mallazos y es dificultoso entrar. Legalmente es camino público y si pasas no debieran decirte nada.
    Saludos

    ResponderEliminar