domingo, 23 de enero de 2011

A SANTIAGO POR AVILA.



BUEN CAMINO PEREGRINO...
Desde Benavente el peregrino tiene intención de continuar su camino por tierras leonesas, por Alija del Infantado y La Bañeza hasta llegar a Astorga, punto donde este Camino del Levante-Sureste se une al Camino Francés hasta Santiago de Compostela


En su paseo por Benevente el peregrino comprueba como las distintas calles y barrios de la ciudad aún conservan el nombre de los gremios que vertebraron su vida artesanal a partir del reinado de Fernando II de León, barrios como el de la Estameñas -tejedoras de lana-, calle de los Carros, Herreros, Aguadores, Plaza de la Madera, así como la existencia de un barrio judío, como la mayoría de la época, extramuros en las proximidades de la calle de la Sinoga.
El peregrino hace un alto en su Plaza Mayor para ver el Ayuntamiento, el edificio más grande de la plaza, con una galería de trece arcos en su planta baja, construido en estilo neoclásico en el XIX con piedra de sillería procedente del desamortizado convento de San Francisco.

Desde la plaza el peregrino se acerca a la iglesia románica de San Juan del Mercado, de la que se sabe que fue iniciada en 1181 por la hija del conde Osorio, Alférez y Mayordomo Mayor del Rey, con el consejo y la autoridad de la Orden del Hospital de San Juan, a la que se tuvo que recurrir para obtener la ayuda económica necesaria para poder culminar el templo, que pasó a la protección de esta Orden tomando la advocación de San Juan.
El peregrino se encuentra ante una iglesia que tiene tres naves con un crucero que apenas se le aprecia, naves que corresponden con los tres ábsides semicirculares de la cabecera que no puede ver con la debida perspectiva por las vallas y edificios que la rodean, indicándole un amable lugareño que los ábsides se ven bien desde la segunda planta de la Casa de la Cultura, teniéndose que conformar con ver esa decoración jaqueada en las impostas similar a muchos edificios situados en el Camino Francés a Santiago.

reyes magos. La portada principal le parece al peregrino del más puro estilo románico por su amplio desarrollo iconográfico en el tímpano representando la Adoración de los Reyes Magos, pudiendo observar restos de la primitiva policromía en las figuras de esta monumental portada.
A continuación el peregrino se va hasta la magnífica iglesia de Santa María la Mayor, también conocida como del Azogue, nombre derivado de un vocablo árabe que significa «mercado», el cual tenía lugar en sus proximidades durante la Edad Media. Esta iglesia, como la de San Juan, fue iniciada en tiempos de la repoblación de Fernando II de León, en estilo románico, como atestiguan los cinco ábsides semicirculares de su cabecera, correspondiendo a este periodo la planta general del templo, concluyéndose el amplio crucero en el siglo XIII gracias al impulso restaurador de Sancho IV, añadiéndosele posteriormente bóvedas de crucería en la nave central.
De las tres portadas es la orientada hacia el sur la que le muestra al peregrino el tema del «Agnus Dei» o cordero místico rodeado de cuatro ángeles incensándole, con diversas figuras en las arquivoltas. Es en esta iglesia donde el peregrino puede apreciar los efectos del terremoto de Lisboa de 1755, ya que una antigua fachada románica, llamada de los Apóstoles, fue destruida por el seísmo, siendo sustituida por otra clasicista con una imagen de la Virgen en una hornacina del frontispicio.
La iglesia le gusta al peregrino, como le gusta el refrán o dicho referente al reloj que antiguamente había en su torre cuadrada y que decían que se oía en toda la comarca «Campanas las de Toledo, Catedral la de León, Reloj el de Benavente y Rollo el de Villalón».
Contemplando la iglesia, un niño se acerca al peregrino y, al verle manejar algunos papeles, le dice que esa iglesia de Santa María la Mayor no es Catedral porque para eso hace falta que estén enterrados por lo menos tres obispos y de momento solo hay enterrado uno. El peregrino cree tener alucinaciones al ver a un niño que no esté jugando con su PSP.
El peregrino encuentra en Benavente dos referencias que de alguna forma la relacionan con Santiago, una es la iglesia que hubo de Santiago, situada en las inmediaciones del castillo, fundada en 1217 por el Comendador de la Orden de Santiago don Juan Massoco, como recoge J. Almoina Mateos en su libro «Monumentos históricos y artísticos de Benavente», publicado en 1935, y otra es la recogida de otras noticias dispersas referente a iglesias edificadas o documentadas en tiempos de su repoblación, como Santa maría de Ventosa, en las afueras de la villa, que figura como uno de los bienes pertenecientes a la iglesia Compostelana en 1178.

hospital de la piedad. Con más claras reminiscencias jacobeas el peregrino encuentra en Benavente el Hospital de la Piedad, mandado construir por el quinto conde de Benavente para acoger a los peregrinos que desde el sur de la península se dirigían a Santiago de Compostela en el siglo XVI, apreciando en su renaciente fachada, sobre un alto relieve de la Piedad, un frontispicio con la venera concha jacobea.
Desde Benavente el peregrino tiene intención de continuar su camino por tierras leonesas, por Alija del Infantado y La Bañeza hasta llegar a Astorga, punto donde este Camino del Levante-Sureste se une al Camino Francés hasta Santiago de Compostela, entrando en Galicia por la mítica aldea lucense de O Cebreiro. Pero muchos de los peregrinos que han partido de tierras levantinas y que han llegado hasta Benavente eligen otra ruta para culminar su peregrinación, continúan por el Camino Sanabrés de la Vía de la Plata o Camino Mozárabe, caminando por tierras zamoranas más allá de Puebla de Sanabria para adentrarse en Galicia por A Gudiña, en la provincia de Orense, pasando por la capital orensana antes de llegar a Santiago de Compostela. El peregrino, que lleva ya muchos kilómetros en sus piernas y le quedan aún unos cuantos más, siente, no obstante, la proximidad de la tumba del apóstol. ¡¡¡Ultreya y buen camino peregrino!!!

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