domingo, 16 de enero de 2011

A SANTIAGO POR AVILA (CEBREROS IV)


La picota de cebreros
El peregrino se detiene ante uno de los símbolos de la jurisdicción feudal. El de Cebreros no será el único rollo en su Camino a Santiago


Con el recuerdo fresco de su estancia en la ermita de Valsordo, el peregrino, al entrar en Cebreros por su parte más baja, se encuentra, en una pequeña cima de granito y al lado del camino llamado de los Enrollaos, una Picota que se yergue majestuosa ante el valle del río Alberche.
El peregrino, que siempre tuvo cierta debilidad por estos rollos o picotas, hace un alto en su camino para contemplar detenidamente este ejemplar que le parece bastante interesante, aunque no tenga la magnificencia de otros que ha tenido la oportunidad de ver en su vasto caminar por los Caminos de Santiago, viniéndole a la memoria una de las más significativas como es la picota gótica de la localidad palentina de Boadilla del Camino en pleno Camino Francés.

Al peregrino le gusta la sencillez de la columna o fuste liso y rectangular de unos cuatro metros de altura que se tuvo que hacer de dos cuerpos para hacerla, sin duda, más ensalzada y le gusta también el remate de pirámide truncada.
Pero lo que más le llama la atención son los cuatro salientes sobre las volutas del capitel orientados a los cuatro puntos cardinales, pregonando su jurisdicción a los cuatro vientos, y que su vista aún le permite distinguir, un busto de mujer, una cara barbada, la cabeza de un carnero y lo que parece ser la cabeza de un mono, símbolos que, según muchos autores, eran utilizados por los templarios y que el peregrino corrobora recordando los capiteles con cabezas humanas de la iglesia de Santiago en Puente la Reina o de Santa María de Eunate, de claras reminiscencias templarias. El peregrino está seguro de que no será la última vez que encontrará conexiones templarias en este Camino del Levante-Sureste por el que está caminando.
Varias han sido las picotas que el peregrino ha visto, como se ha colocado una cruz en la parte superior, cristianizándolas de esta manera a semejanza de los famosos cruceiros gallegos y asturianos.

varias versiones. El peregrino siempre ha oído varias versiones relativas a las funciones de estos rollos o picotas, quedándose con la de las picotas, construidas generalmente de madera, como elemento administrador de justicia y como lugar para el cumplimiento de castigos y penas, más antiguas que los rollos, construidos la mayoría de piedra, aunque se tengan noticias de algunos de hierro o de ladrillo.

felipe II. Parece ser que no se sabe muy bien de qué época data esta Picota o Rollo pero, si se atiende a la función jurisdiccional de estos monolitos, probablemente sea en 1562 cuando Felipe II emite Privilegio Real destinado a Cebreros para que sus vecinos no tuvieran que ir a la ciudad de Ávila en busca de justicia, ya que serían los alcaldes los encargados de juzgar en primera instancia los delitos, sirviéndose de estas picotas para hacer públicas la ejecución de las penas corporales, picotas que serían levantadas como símbolo jurisdiccional, tanto civil como criminal.
Como los rollos se levantaban cuando se concedía el título de villa, al peregrino le choca que en tiempos del Condestable de Castilla, don Álvaro de Luna, varios documentos se refieran a Cebreros como «villa de Zebreros», lo que hace suponer al peregrino que cuando Felipe II otorgó el Privilegio Real a Cebreros con el título de Villa lo que se hizo fue cambiar o establecer la jurisdicción de la villa.
El peregrino agradece que muchos de estos rollos o picotas no fueran destruidos según un decreto de las Cortes de Cádiz de 1813 para terminar con los símbolos del vasallaje señorial, y no es que el peregrino eche de menos el régimen penal de las picotas, lo que quiere es que no desaparezcan vestigios de un pasado que no conviene olvidar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario