jueves, 17 de marzo de 2011


Nuestra Asociación estuvo presente en el I Congreso Internacional El Camino del Salvador, celebrado en Oviedo los días 11,12 y 13 de marzo de 2011, participando con la lectura de una Comunicación titulada ¿Por qué los peregrinos medievales se desviaban a San Salvador a partir de León?
Como reconocimiento por nuestra participación se nos obsequió con una reproducción de la imagen Del Salvador de la Catedral de Oviedo.

Comunicación

¿Por qué los peregrinos medievales se desviaban a San Salvador a partir de León?
¿Por qué los peregrinos actuales deben elegir esta dura e inhóspita ruta en su camino hacia Santiago de Compostela?
La respuesta a la primera pregunta es de todos conocida, los peregrinos no querían dejar de visitar al Señor, no querían olvidarle según reza la tradicional canción francesa de sobra conocida. Pero no se trataba de una visita de cortesía, se trataba, sobre todo, de venerar las reliquias depositadas en el Arca Santa, que tras un largo periplo desde Palestina por tierras africanas llegó a España y finalmente traída a Asturias desde Toledo con el fin de protegerla de las tropas musulmanas, escondida primero en el Monsacro y trasladada posteriormente por Alfonso II a la capilla palatina de San Miguel, hoy Cámara Santa de la Catedral del Salvador, allá por los primeros años de la novena centuria. Durante esos primeros años de peregrinaje el culto a esas reliquias posiblemente no saldría del ámbito local, generalizándose su veneración a raíz de la apertura del Arca Santa e inventariado de sus reliquias en el 1075 en presencia del rey de León Alfonso VI, reliquias entre las que destacaba el Santo Sudario y un fragmento, como no, de la Vera Cruz, junto a otras tan variopintas que da cierto sonrojo tan solo mencionarlas. Ni que decir tiene que la divulgación de esas reliquias fue el detonante para que surgiera una corriente de peregrinación que se pondría en relación con la de Santiago a partir del siglo XI a través de un camino que uniría León con Oviedo teniendo que salvar nada más ni menos que la Cordillera Cantábrica a través de sus pasos naturales que permitieron el tránsito desde a las legiones romanas a pastores y comerciantes, y ahora también a peregrinos.
La segunda respuesta que atañe al peregrino de hoy, ciudadano del mundo con toda la información al alcance de su mano, debe de ser necesariamente distinta y llena de matices. Atrás quedó el peregrino medieval cuyo conocimiento del mundo se reducía a su entorno inmediato y la peregrinación era una aventura de complicado desarrollo y de incierto final. Atrás quedaron esos viajeros románticos que muchos descubrieron en el Camino de Santiago su “modus vivendi”.
El peregrino actual sabe perfectamente por donde va a transitar, las dificultades que tendrá que salvar, los servicios que podrá encontrar y hasta el tiempo que le va hacer; en una palabra, dispone de toda la información posible gracias a las llamadas nuevas tecnologías, y si decide partir desde la Real Colegiata de San Isidoro en León y pasar por donde un crucero indicaba la desviación, por la “Strata Sancti Salvatoris” a Oviedo, junto al Hospital de San Marcos, lo hará por diversas motivaciones, no es cuestión de enumerarlas, seguramente conjugará varias de ellas y unas predominarán respecto a otras, pero siempre sabiendo que, por ejemplo, entre la frontera de Asturias y León tendrá que salvar la cordillera por el puerto de Arbas, como se denominaba en el Medievo al puerto de Pajares, con su Colegiata de Santa María de Arbas del Puerto, muestra románica que se cree se construyó para albergar a los peregrinos procedentes de la meseta, como también sabrá que su camino estará salpicado de pequeñas aldeas y de villas de origen medieval, como Pola de Lena que muestra ese interesante prerrománico en Santa Cristina, o ciudades intrínsecamente relacionadas con el camino, como Mieres que lleva precisamente el sobrenombre “del Camino”, nudo de comunicaciones que el desarrollo minero e industrial eliminó los restos medievales, pero que las huellas del Camino se vislumbran en su trazado.
Si esto ha sido solo un boceto de los varios y diversos atractivos que pueden atraer a los peregrinos a caminar por este Camino del Salvador, de eso se encargarán los expertos, para los que venimos de Ávila quizá haya uno en especial ya que nuestra Catedral también está bajo la advocación del Salvador, lo que de alguna manera nos hermana y nos da un cierto plus para elegir este camino como alternativa para llegar a Santiago de Compostela.

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