El albergue de peregrinos de las Tenerías ha cumplido dos años desde su inauguración oficial por el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto el veintisiete de enero del dos mil nueve. Con un convenio de colaboración y cesión entre el Ayuntamiento de la capital y la Asociación de Amigos de Ávila, ésta última, cuenta con diez años para la gestión y mantenimiento de la antigua casa del «Tío Pirulo».
Un albergue no es un espacio cualquiera. Es un lugar de recepción y acogida de peregrinos. Pero, no solo es eso. Su importancia como lugar de descanso va mucho más allá. Los peregrinos que den vida a esta casa de todos, se contaran entre sí secretos e intimidades jamás antes contadas. Historias de amores, búsquedas y encuentros, ilusiones perdidas… en el aire flotan alegrías y penas, risas y llantos que impregnan todos sus rincones.
Las paredes del albergue rebosan su propia historia, que a lo largo de estos dos años, han calado entre sus muros. No hay, más que estar un poquito atento… solo con entrar, se siente en el ambiente. Uno de los valores humanos que más encuentran los peregrinos en su caminar es la generosidad con que son recibidos en las aldeas y pueblos por donde levantan el polvo sus pasos. Los albergues tienen como propia seña de identidad a la generosidad y protección de los hospitaleros. Al convivir y pernoctar en los albergues con otros compañeros andarines afloran estas cualidades humanas. La generosidad es un camino de ida y vuelta, cuánta más se da, más se recibe. La persona que recibe siempre devuelve, de alguna forma, con acciones y pensamientos. Generosidad y gratitud se an la mano y se intercambian recíprocamente en el ambiente del albergue de las Tenerías.
El Albergue es un lugar especial, y de ahí, nuestro mimo y cuidado. Tras este año dos mil diez el perfil de los peregrinos que han pasado por nuestro albergue de Ávila, ha sido como sigue: Han pernoctado en las Tenerías un total 354 peregrinos, lo que supone un aumento del 60 % frente al año 2009. Este considerable aumento se debe por un lado, al haber sido 2010, Año Jubilar; y de otro, al tratarse la ruta del Levante y Sureste un camino de carácter histórico recientemente recuperado, totalmente señalizado y en el cuál, de forma imparable va existiendo una mayor cobertura de red de albergues, tanto de propiedad municipal, privada y de las propias asociaciones de amigos del camino.
Concretamente, en nuestra provincia, de las seis etapas que la discurren, solo queda pendiente de abrir albergues en Cebreros y Arévalo y esperamos que gracias a las gestiones realizadas conjuntamente con la asociación cultural La Alhóndiga del municipio
de Arévalo y la propia Asociación de Amigos de Ávila, unido a la sensibilidad de las alcaldías de estos municipios, pronto contemos con los albergues respectivos, pues el camino es un elemento dinamizador de la cultura, el comercio y el turismo a la cuál, los regidores no pueden cerrar los ojos. Asimismo, el Ministerio de Economía y Hacienda, a través de la Dirección General del Patrimonio
del Estado, ha autorizado la cesión gratuita al Ayuntamiento
de El Tiemblo de una finca en la que se sitúa una antigua casa de peones camineros. El objetivo es que el consistorio lo use como refugio de peregrinos del Camino de Santiago y aprovechar así el flujo de riqueza que genera el camino a su paso.
Durante el año pasado se han registrado una amplia mayoría de hombres con un porcentaje del 84,19 %, frente a un 15,81 % de peregrinas.
La nacionalidad mayoritaria ha sido la española con un 65,54 %, seguida de la francesa con un 7,34 % y un 5 % de la alemana e italiana, el resto, en un porcentaje pequeño de distintas nacionalidades. Como curiosidad destacar que han sellado cinco
peregrinos de Estados Unidos, cinco de Canadá, junto a dos de Brasil, uno de Australia y un peregrino de Corea.
El 53,95 por ciento peregrina a pie, por algo, se define al peregrino
como la persona que anda por tierras extrañas en visita de algún santuario. Hemos tenido un porcentaje elevado del 44,63 % que llegan en bicicleta, que coinciden con los peregrinos más jóvenes, aunque el peregrino de mayor edad ha llegado con este medio.
Han sellado sin pernoctar cinco peregrinos y no hemos atendido peregrinos a caballo. Han descansado 14 que venían de regreso.
Importante reseñar a Antonio, peregrino invidente que nos visitó el uno de julio acompañado de Ángela que hace de bordón y guía. Caminan atados para no perderse, utilizando Ángela sus ojos para Antonio y éste, dando fortaleza y vigor a Ángela. Con su ejemplo, Antonio, nos enseña que en el camino de su vida no tiene marcado
ningún límite. El diecisiete de julio nos visitaron dos grandes personas. Juan Sebastián (Juancho), colombiano de 22 años con parálisis cerebral acompañado de su padre Francisco Meneses y Gerardo, vigués, sordo y ciego de 32 años con Javier, su entrenador, que realizan el Camino de Madrid en bicicletas especiales realizando el proyecto «La Bicicleta de la Esperanza en España 2010». Demuestran a la sociedad que a pesar de su discapacidad son capaces de abrir puertas, saltar obstáculos y romper las barreras.
Por el lugar donde comienzan a peregrinar sigue siendo la ciudad de
Valencia la de mayor salida en origen con 104 peregrinos, seguida de la provincia de Alicante con 69 caminantes. El resto se distribuye entre las provincias de Toledo, Murcia, Ciudad Real y Cuenca. En Ávila han comenzado el camino un total de 40 viajeros. Este porcentaje elevado de los que nos visitan escoge a Ávila, ciudad patrimonio de la Humanidad desde el 1.985, como principio de su peregrinación hasta Santiago de Compostela. El mayor número de caminantes se encuentra en el grupo de edades entre 41 a 70 años y alcanza un porcentaje del 59,32 %. Trece años ha sido la edad del peregrino más joven y setenta y ocho primaveras la del más veterano… ¡qué ya está bien! Que peregrinaba en bicicleta.
Este ha sido un pequeño resumen para que la sociedad abulense conozca a los peregrinos normales y especiales que caminan hacia un lugar físico, Santiago de Compostela y terminan caminando hacia lo más interior de sí mismos, su espiritualidad.
Pedro Mena.
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