lunes, 12 de abril de 2010

HOMENAJE A D. ELIAS VALIÑA




En la iglesia de Santa María la Real de O Cebreiro y ante la tumba de Elías Valiña, la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Ávila quiso rendir un homenaje al que fue párroco de este lugar y verdadero artífice del actual Camino de Santiago con la señalización de las ya famosas flechas amarillas que aparecen en todos los caminos que conducen a Santiago de Compostela. Tras la lectura de un manifiesto se colocaron unas velas y un ramo de flores por parte de los más jóvenes miembros de la asociación en el lugar en donde reposan los restos de este gran impulsor del Camino de Santiago.
La peregrinación continuará el próximo mes de Mayo desde Triacastela teniendo prevista la llega a Santiago en el mes de octubre.





En este Año Jacobeo de 2010 la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Ávila quiere rendir un homenaje a Don Elías Valiña, cura párroco que fue de esta pequeña aldea, como gran impulsor del Camino de Santiago.
Cuando en 1959 don Elías llega a esta parroquia lo primero que hace es impulsar la restauración del Hospital de Santa María la Real do Cebreiro, fundado en el siglo IX, para recuperar la tradicional acogida a los peregrinos. Pero don Elías no era solo el cura de O Cebreiro, como le gustaba que le llamasen, era un estudioso del Camino y un visionario del fenómeno Xacobeo.
Como erudito del Camino realizó por los años sesenta un estudio sobre la ruta me-dieval procedente de Francia, sobre el Camino Francés, y en 1965 leyó su tesis doctoral en la Universidad Pontificia de Salamanca.
Pero su gran labor en pro del Camino fue cuando en los años ochenta se subió a su viejo Citroën GS lleno de botes de pintura amarilla y recorriendo el norte de España comenzó a señalizar el camino con las hoy famosas flechas amarillas.
Será cierta o no la simpática anécdota que una vez lo paró la Guardia Civil en un re-cóndito lugar de los Pirineos. Estaban realmente extrañados por la figura del cura dibujando unas llamativas flechas en un paso fronterizo utilizado a menudo por los etarras, los agentes le reclamaron una explicación de sus actos. "Estoy preparando una gran invasión", fue su contestación. No nos importa si sucedió así o no, el caso que esa gran invasión se fue produciendo año tras año hasta llegar a las oleadas de peregrinos procedentes de todas las partes del planeta que en la actualidad surcan nuestros caminos rumbo a Santiago de Compostela.
Su entusiasmo lo fue contagiando por todos pueblos por los que pasaba el Camino Francés, hablaba con los párrocos, con los alcaldes, con cualquiera que tuviera el mínimo interés por el camino, hablaba con ellos para convencerlos de la necesidad de proteger esos caminos que, con su optimismo, muy pronto se verían repletos de peregrinos de todas las nacionalidades. Su incipiente labor no cayó en saco roto, con el tiempo fue trenzando una red de colaboradores que lo ayudaron con su tarea de señalizar por primera vez una ruta intransitable y prácticamente olvidada desde la Edad Media.
Primero fue el Camino Francés, después los demás caminos y así nacieron las asociaciones de amigos del Camino, asociaciones que, como la nuestra están siguiendo sus pautas y cada vez que se pinta una flecha amarilla su recuerdo y su labor están siempre presentes.
Desde la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Ávila, muchas gracias don Elías Valiña.

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